sábado, 16 de mayo de 2009

Opus X

Sobándole la panza a un  cocodrilo,

Para chuparle todas sus lágrimas.

Ya no quiero amor, ya no quiero amar

Ya no te quiero a vos, y vos sos mi prejuicio,

Mi albur cotidiano, el resorte profano de mi acción,

No te ocupes de mi despido, sin ti  no diré que no soy nada,

Pero sólo quedo yo.

 

Parado sobre de esta sima que creció hacia dentro,

Te ofrezco mi despido en pétalos de circunloquios,

Para no decirte adiós.  El corazón a todo vapor,

Lo ojos ensayando un aguacero, no diré que no soy nada,

Pero solo quedo yo.

 

Me aviento al agua ¡quien dijo miedo!

Los cantos del porvenir sofocan el fuego de tu viejo altar,

Los gatos no maúllan, las gotas no asesinan aguas,

 la zopilotada no bajó a desayunar,

El cielo con carcajadas de estrellas, recordándome las

Noches que horadaste de quejidos y las lunas bellas

Que perseguiste hasta alcanzar.

 

Sobándole la panza a un cocodrilo, me voy,

Pero no sin antes irme, no sin antes arrancarte el

Último quejido petrificante ¡adiós mandrágora!