jueves, 31 de enero de 2008

Capricho No II


El silencio me reclama tu nombre.

La mente es un transito de ideas

sin sentido, sin el auspicio de mi idea tuya,

digo tu nombre con el hálito de la noche

y se llena de ti el alma vacía del silencio.

Ahora –en este instante- te escucho sin oírte

Y te oigo sin escucharte, eres un ruido silente,

una voz muda, un infarto soñando que late,

un latido que se pierde en un pecho sin ecos de alma.

Aprovechas tu cuerpo intangible para abrazar mis noches,

viajas de un extremo al otro del universo y te

dejas caer desde la luna hasta mis ojos ansiosos de luz,

te posas, ¡ho inverosímil mariposa¡ en mis labios

y besas mi palabra con tu nombre, mientras grito en silencio

que te quiero, a cada rato.

Con tu cuerpo bañado de eternidad, desnudo de tiempo,

te recuestas apaciblemente en las horas que no duermo

Y yo te visto de miradas, de caricias; se suicidan

mis versos en tu corazón que no me dice algo

Y sí me habla nada.

Los grillos y los perros dicen cosas que no entiendo

y yo estoy callado de ti, yerto, silencioso de tu silencio,

esperando que vengas con el día y con la espada estridente

de un te quiero, rasgues el manto de silencio con que envuelves mi vida.

new poet.

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